Travesía vallina nospotentra

lunes, 9 de junio de 2008

La Bonyiga (31-05 y 1-06 de 2008)

Crónica redactada por Alex y Anne.


Llegamos a Caspe Ana, Pedro, Anne y Alex (el que os cuenta),el Viernes, justos para cenar en "El Quijote": Oreja al estilo Quijote, alcachofas al roquefort, jamón gratinado, patatas 6 salsas, falafel..., bueno.., esas cositas tan comunes, tan malas y tan mal cocinadas. Con la tontería, como de costumbre..., nos acostamos a las tantas, sobre todo para uno que vino sin dormir tras pasarse toda la noche anterior de marcha probando cosas nuevas.

El Sábado nos levantamos temprano -creo que todos habríamos dormido unas horitas más, verdad Pedro?-, desayunamos y marchamos a Tortosa para emprenderle a los inferiores del Racó de la Gralla y La Caramella. Según salimos de Caspe empezó a diluviar, así que ya en la carretera de Maella nos dimos la vuelta y nos dirigimos hacia Horta de Sant Joan para meterle al Cubars ( seco, super-seco, de los que nunca llevan agua salvo cuando diluvia ) y al Riu Canaletas ( acuático, super-acuático, de los que siempre llevan agua y cuando llueve más todavía ). Ya con el permiso en la mano ( que más tarde quedaría reducido a una pasta informe de papel mojado ), marchamos primero hacia Cubars.



Emprendimos la marcha por la pista, después por el sendero, y a unos diez minutos de camino fue el cielo el que la emprendió con nosotros. Qué manera de plever!! a los 5 minutos calados hasta los huesos. Qué tendrá, que aun con todas, proseguimos entre risas y sollozos.



La aproximación del barranco es larga, y llovió casi todo el camino. Pena que en la parte más alta, apretó un poco de viento fresco que nos dejó algo fríos, y totalmente tiesos ( al menos a un servidor ) cuando ya en la cabecera paramos para ponernos el neopreno ( una vez más por el agua que caía del cielo y no por la que corría por el suelo ). Enseguida, con un poco de movimiento y ya con el disfraz, entramos en calor y empezamos a disfrutar de un Cubars acuático. Cómo cambian los barrancos de llevar a no llevar agua. A mejor, claro!!



Terminamos el tramo superior de Cubars con el primer "45 metros" de Ana y sin problema alguno que no fuera algo más de frío en la cabecera del último salto.



Sacamos el Hipi-ese y marchamos hacia la cabecera del Canaletas, pensando en hacer el salto del Ventadó. Cuando llegamos justo al desvío para empruntar la gorga, echamos un vistazo al Ventadó y decidimos hacer solo la gorga. Bajaba todavía más fuerte que la semana pasada. Con cuidadín en según que pasos, sin posibilidad de hacer ni un solo sifón, y en completa y absoluta soledad, diplomamos a Ana en aguas vivas.

Sólo suspendió el módulo "Si no quieres que la corriente te lleve hacia el sifón aspirante, tírate lo más lejos posible, y no al centro de todo el meollo", y más cuando te lo han advertido, porque en otra ocasión puede no haber un brazo amigo" vamos!! un cate como un castillo, un cero, un rosco, mal, fatal!!!. Bueno.., va!! un sustillo sin importancia. El resalte final también lo hicimos por el agujero bajo la cascada lanzadera. Esta vez.., al salir el agua nos escupó sin posibilidad de detenernos de ninguna manera. La contra de la semana anterior ya no existía. Una pasada!! Regresamos al coche, seguía lloviendo. Nos cambiamos y secamos, y marchamos para Caspe. Tras compretas varias, unos en Adidas y otros en el supermercado marchamos a casa. Preparamos cena con Josán y Ana (sin duda ha sido el fin de semana de las Anas), cenamos y nos hechamos a dormir.

El Domingo no madrugamos tanto. Marchamos hacia Penyagalera, pero guarda si, guarda no, al final optamos por la Bonyiga, nuevo para todos. Tras un par de pasos patinando con el coche y dando volantazos a uno y otro lado para no quedar atrapados en el barro, aparcamos y cogimos pista y luego senda hasta la cabecera del barranco, donde como ya es costumbre, se puso a tronar de aquella manera que acojona un poco. Fue solo una advertencia, y llovió algo pero muy poquito. El barranco es cortito, pero tiene un poco de todo.



Ese puente de roca bestial, esos resaltes con pozas cristalinas, ese rapel en el que Ana se diplomó en "45 metros volado + , bajo cascada" y que a nadie dejó indiferente, y ese tramito engorgado del final con sus saltitos y tobogán.



Al terminar empezó a tronar otra vez y raudos marchamos al coche. Ya en Beceite intentamos comer un bocata, pero fue imposible, así que marchamos a "Los pescaitos" de Valderrobres, nos apretamos uno de calamares y un café y de vuelta al infierno. Este a sido otro fin de semana por esta zona, que cada vez me gusta más y a la que he de volver pronto a hacer todo lo planeado, que como de costumbre..., no tiene nada que ver con lo hecho. Todos nos hemos aprobado con nota el módulo: "Mantén tu mente sucia"

DATOS INTERESANTES:


ACCESO: La pista que parte de la carreterilla que va al Parrissal es practicable hasta la base del barranco con un utilitario normal ( siempre con cuidado ), aunque después de lluvias el barro puede dificultar la progresión en coche.

Una vez se llega al final de la pista ( bien andando, bien en coche...), hay que buscar entre el monte bajo un sendero muy pino que remonta por la izquierda hidrográfica del barranco ( por la derecha, cruzando el cauce, existe otro sendero ) y que en poco tiempo nos llevará hasta lo más alto del valle, desde donde se puede disfrutar de unas bonitas vistas. El sendero continúa en general llaneando, por zonas abiertas, así como cerradas de pinar y boj hasta cortar el barranco. En este punto resulta interesante cruzar el cauce, y paralelo a él ( derecha hidrográfica ), continuar por una antigua pista hasta que esta comience a separarse del barranco, momento en el que la abandonaremos para comenzar el descenso.

DESCENSO: Hay que remarcar el gigantesco puente de roca, el rapel volado de 45 metros que se descuelga en un gran circo, con espectaculares desplomes que nos alejan decenas de metros de la pared más próxima, y que para evitar desagradables sustos está equipado con un sistema antirozamiento justo al final de los 3 o 4 metros de rampa que dan paso al tramo volado. También el tramo final formado por consecutivos resaltes en general cortos, con pozas colgadas, algún pequeño salto y algún posible tobogán.
Para el descenso son necesarias dos cuerdas de 45 metros y es aconsejable llevar material para reequipar.

RETORNO: Inmediato en caso de haber llegado con el coche hasta el final de la pista. Si no.., habremos de deshacer lo andado por pista durante el acceso.

Muy aconsejable.., como la mayor parte de los barrancos de la zona.., si se es amante de la tranquilidad, y se huye de las masificaciones a las que estamos acostumbrados en otros lugares.

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