Travesía vallina nospotentra

sábado, 27 de enero de 2007

Ca32

(27 Enero 2007)

Fue tanta la impaciencia y la excitación por ver que nos depararía el pozo cuando lo bajásemos, que el fin de semana siguiente, 27 y 28 de enero, a pesar de las nevadas intensas que habían caído en Cantabria, Lolo y Juancho decidieron volver a la sima.


Asi se veia San Roque desde la ermita, espectacular escena.





Veamos su relato personal de lo que les aconteció.


El fin de semana, bien, satisfactorio... serian las palabras que lo definirían.

Durante toda la semana no pude pensar más que en lo que habíamos dejado pendiente en la CA32 el “finde” anterior. Tanto que mi colega Juancho y yo, decidimos aventurarnos en esa Cantabria nevada hasta los bordes y a la que ya le tenia ganas, a pesar de que en Madrid se quedaron preocupados los colegas del club, pues decían que dos personas era un equipo un poco escaso, y más teniendo que afrontar las condiciones de nieve existentes en la aproximación a la sima.

Y desde el comienzo, resultó ser toda una aventura.

El puerto de la Lunada cortado. Dicen los paisanos de la zona que la máquina no pasa por miedo a desprenderse junto con la carretera, debido a su estrechez y desnivel. A si que decidimos pasar por Vega de Pas, por el puerto del Caracol, donde la máquina si había actuado.

La última marca de temperatura registrada en ese puerto, fue de -3,5º y eran tan solo las 24h. Dormimos en la ermita de San Roque y tuvimos que echar mano de la funda de vivac; la furgo quedó completamente helada.



Amaneció a eso de las 08h, preparamos los bártulos, desayunamos, esperamos a ver si ese sol calentaba un poco. Cerca de las 10h echamos a andar.




Bueno que os voy a contar que no sepáis sobre el peso de las sacas. Calculo unos 20 a 25 kilos por saca, pues casi llevábamos la casa a cuestas:

- 270m de cuerda
- taladro
- equipo de burilar
- 15 mosquetones
- equipos personales espeleo
- abastecimiento de comida y agua
- equipo personal de montaña para afrontar el clima
- muda repuesto

Los primeros metros de ascensión hacia la sima tenían poca nieve, pero eso duró poco, pues a medida que subíamos, las dificultades aumentaban con cada metro que dejábamos atrás y los pasos se fueron haciendo cada vez mas cortos. A partir de la mitad de la primera pradera nos encontramos con la nieve helada y con que costaba abrir huella.

Llegamos al primer pequeño lapiaz, la senda inexistente... paso que damos, pie al hoyo... "fordumen"... llegamos a la primera casa, ya reventados... el primer collado la nieve nos tapa las polainas...casi imposible avanzar... estoy por tirar a tomar por c...la p...saca.



Pasamos las siguientes casas... segundo collado... la nieve en algunos tramos por la rodilla...solo veíamos las huellas de algunos animalillos...todo parecia haberse transformado, ¡que distinto!.



Le digo a Juancho que tenga cuidado con los agujeros. Un paso, otro... ¡a este ritmo no llegamos!. No recuerdo que la CA32 estuviese tan lejos.

Por fin llegamos a su altura. Pero...¿donde esta aquella pequeña loma por la que subiamos hacia ella?. Era tal el nivel de nieve que no sabía exactamente donde estaba; nos costó encontrarla.



Por fin! vi la Ca33 y me dije "tiene que estar cerca la Ca32..." Mas de 3h nos llevó llegar a su entrada. Ahora toca cambiarse, ¡que frio!, La entrada gotea "que te cagas". "Bueno, que se le va a hacer... para abajo", dice Juancho.

Bajamos el primer pozo ya calados. En la colada de subida, mas agua... El pequeño pozo de bajada, mas todavía y estaba llenísimo... En los meandros corría el agua con fuerza... Sabéis el pedazo de pozo que hay después de los meandros, yo lo vi en parte pues todo era una inmensa chorrera de agua que no me dejaba ver apenas su contorno.

Baje por él y aproveché la cuerda de 50m que habíamos dejado hasta el final, fraccioné y la uní con una de 100 m que llevaba como pude, pues entre el agua que me caía y las paredes embarradas ya no podía con mi alma. ¡Mierda, no baje la uña!

Descendí por la nueva cuerda 20m aproximadamente e hice otro fraccionamiento, pues si no, la tirada iba en volado hacia aquel fondo insondable, que apenas veía. Baje otros 20m, miré hacia abajo y creí ver el suelo; después de un rato pude discernir allá abajo una especie de repisa grande llena de piedras gordas, con otro enorme agujero negro en el centro.

Quizá haya una galería intermedia, no lo sé. Era tal el goteo que fui incapaz de distinguirlo, hasta me picaba al chocar en mi lomo. Quise volver a fraccionar y seguir bajando, pero mi cabeza reflexionó y dió orden de retirada... otra vez tocaremos fondo... lo siento... esto es todo por ahora.



Dejamos la cuerda 9mm y de 100m instalada hasta donde llegué, con un fraccionamiento, y la cuerda del pozo de entrada, dejando caer hacia su interior el primer fraccionamiento de la cabecera, para poder acceder la próxima vez simplemente con una cuerda de 10m.

Es evidente que para posibles expediciones futuras, si la cosa continúa, sería necesario reinstalar con cuerda de 10mm, pero yo primero miraría hasta donde llega este pozo y que hay en la repisa.

Fue tanta la impaciencia y la excitación por ver que nos depararía el pozo cuando lo bajásemos, que el fin de semana siguiente, 27 y 28 de enero, a pesar de las nevadas intensas que habían caído en Cantabria, Lolo y Juancho decidieron volver a la sima.

Veamos su relato personal de lo que les aconteció.

El fin de semana, bien, satisfactorio... serian las palabras que lo definirían.

Durante toda la semana no pude pensar más que en lo que habíamos dejado pendiente en la CA32 el “finde” anterior. Tanto que mi colega Juancho y yo, decidimos aventurarnos en esa Cantabria nevada hasta los bordes y a la que ya le tenia ganas, a pesar de que en Madrid se quedaron preocupados los colegas del club, pues decían que dos personas era un equipo un poco escaso, y más teniendo que afrontar las condiciones de nieve existentes en la aproximación a la sima.

Y desde el comienzo, resultó ser toda una aventura.

El puerto de la Lunada cortado. Dicen los paisanos de la zona que la máquina no pasa por miedo a desprenderse junto con la carretera, debido a su estrechez y desnivel. A si que decidimos pasar por Vega de Pas, por el puerto del Caracol, donde la máquina si había actuado.

La última marca de temperatura registrada en ese puerto, fue de -3,5º y eran tan solo las 24h. Dormimos en la ermita de San Roque y tuvimos que echar mano de la funda de vivac; la furgo quedó completamente helada.

Amanció a eso de las 08h, preparamos los bártulos, desayunamos, esperamos a ver si ese sol calentaba un poco. Cerca de las 10h echamos a andar.

Bueno que os voy a contar que no sepáis sobre el peso de las sacas. Calculo unos 20 a 25 kilos por saca, pues casi llevábamos la casa a cuestas:

- 270m de cuerda
- taladro
- equipo de burilar
- 15 mosquetones
- equipos personales espeleo
- abastecimiento de comida y agua
- equipo personal de montaña para afrontar el clima
- muda repuesto

Los primeros metros de ascensión hacia la sima tenían poca nieve, pero eso duró poco, pues a medida que subíamos, las dificultades aumentaban con cada metro que dejábamos atrás y los pasos se fueron haciendo cada vez mas cortos. A partir de la mitad de la primera pradera nos encontramos con la nieve helada y con que costaba abrir huella.

Llegamos al primer pequeño lapiaz, la senda inexistente... paso que damos, pie al hoyo... "fordumen"... llegamos a la primera casa, ya reventados... el primer collado la nieve nos tapa las polainas...casi imposible avanzar... estoy por tirar a tomar por c...la p...saca.

Pasamos las siguientes casas... segundo collado... la nieve en algunos tramos por la rodilla...solo veíamos las huellas de algunos animalillos...todo parecia haberse transformado, ¡que distinto!.

Le digo a Juancho que tenga cuidado con los agujeros. Un paso, otro... ¡a este ritmo no llegamos!. No recuerdo que la CA32 estuviese tan lejos.

Por fin llegamos a su altura. Pero...¿donde esta aquella pequeña loma por la que subiamos hacia ella?. Era tal el nivel de nieve que no sabía exactamente donde estaba; nos costó encontrarla.

Por fin! vi la Ca33 y me dije "tiene que estar cerca la Ca32..." Mas de 3h nos llevó llegar a su entrada. Ahora toca cambiarse, ¡que frio!, La entrada gotea "que te cagas". "Bueno, que se le va a hacer... para abajo", dice Juancho.



Bajamos el primer pozo ya calados. En la colada de subida, mas agua... El pequeño pozo de bajada, mas todavía y estaba llenísimo... En los meandros corría el agua con fuerza... Sabéis el pedazo de pozo que hay después de los meandros, yo lo vi en parte pues todo era una inmensa chorrera de agua que no me dejaba ver apenas su contorno.



Baje por él y aproveché la cuerda de 50m que habíamos dejado hasta el final, fraccioné y la uní con una de 100 m que llevaba como pude, pues entre el agua que me caía y las paredes embarradas ya no podía con mi alma. ¡Mierda, no baje la uña!

Descendí por la nueva cuerda 20m aproximadamente e hice otro fraccionamiento, pues si no, la tirada iba en volado hacia aquel fondo insondable, que apenas veía. Baje otros 20m, miré hacia abajo y creí ver el suelo; después de un rato pude discernir allá abajo una especie de repisa grandellena de piedras gordas, con otro enorme agujero negro en el centro.

Quizá haya una galería intermedia, no lo sé. Era tal el goteo que fui incapaz de distinguirlo, hasta me picaba al chocar en mi lomo. Quise volver a fraccionar y seguir bajando, pero mi cabeza reflexionó y dió orden de retirada... otra vez tocaremos fondo... lo siento... esto es todo por ahora.

Dejamos la cuerda 9mm y de 100m instalada hasta donde llegué, con un fraccionamiento, y la cuerda del pozo de entrada, dejando caer hacia su interior el primer fraccionamiento de la cabecera, para poder acceder la próxima vez simplemente con una cuerda de 10m.

Es evidente que para posibles expediciones futuras, si la cosa continúa, sería necesario reinstalar con cuerda de 10mm, pero yo primero miraría hasta donde llega este pozo y que hay en la repisa.



La vuelta hacia la civilización nos perdonó, pues salimos de la sima sobre las 20h, y el cielo estaba nublado, por lo que la temperatura era mas agradable. Seguimos nuestras huellas, ahora la nieve estaba mas blandita. Un retorno nocturno muy bello, a la luz de nuestros frontales sobre la nieve blanca.

Conclusiones:

- Nuevas esperanzas.
- Mas ganas.
- No creo que para el 24 de febrero haya dejado de chorrear.

La vuelta hacia la civilización nos perdonó, pues salimos de la sima sobre las 20h, y el cielo estaba nublado, por lo que la temperatura era mas agradable. Seguimos nuestras huellas, ahora la nieve estaba mas blandita. Un retorno nocturno muy bello, a la luz de nuestros frontales sobre la nieve blanca.

Conclusiones:

- Nuevas esperanzas.
- Mas ganas.
- No creo que para el 24 de febrero haya dejado de chorrear.

sábado, 20 de enero de 2007

Ca32

(Otoño del 2000)

Esta sima fue descubierta por el grupo francés Dijon Espeleo en una de las campañas de exploración en la zona que tuvieron asignada durante varios años en Calseca-Ruesga, hasta que en 1998 abandonaron la exploración en Cantabria. Por entonces nosotros ya estábamos en la torca de Bernallán y nos ofrecieron el hacernos cargo de su zona, a lo que accedimos ilusionados porque ampliaba nuestras expectativas espeleológicas. En el traspaso de zona, nos facilitaron información sobre diferentes cuevas y simas que ellos habían explorado y marcado. En la descripción de la Ca-32 se puede leer, "pozo de 30 m".

Durante las primeras pateadas por el valle de Bordillas, en las que buscábamos simas que nos permitiesen alcanzar desde el exterior la cabecera del rió del "Año del Perro" de Bernallan, Mercedes y Miguel Ángel localizaron su entrada, por la que salía un aire tan frío que hacia suponer que allí abajo había una cavidad con gran desarrollo de pozos y galerías.




En el primer descenso a la Ca-32, otoño de 2000, Adolfo y Miguel Ángel bajaron un pozo de 40 m., comprobando al llegar a su base que no había continuación. Antes de iniciar la subida, tiraron unas piedras por una ventana que se encontraba a unos 8 m. sobre sus cabezas. En contra de lo que esperaban, el sonido de la piedra que escucharon no fue de rebote contra las paredes de caliza, sino un "chof" de agua. Parecía ser que al otro lado había una acumulación agua y por el sonido que escucharon de las piedras contra la superficie, el charco debería de estar bastante profundo.


(En el 2001)

Al año siguiente y con la intención de escalar la pared donde se encuentra la ventana, descienden Dirk y Adolfo. Después de emplear muchas horas haciendo la instalación de un pasamanos sobre unas coladas de barro con anclajes de muy dudosa seguridad, consiguen llegar a la ventana, donde se abre un nuevo pozo que descienden y que dio un desarrollo de 11 m. En la base se encontraron con un charco de unos centímetros de profundidad donde caían las piedras. Al final esta acumulación de agua no se encontraba tan profunda como se pensó en su momento y debió ser la morfología las paredes del pozo las que distorsionaron el sonido, haciendo creer que el agua estaba a mayor profundidad. Tras la decepción de avanzar solo 11 metros después del trabajo realizado y del riesgo asumido al asegurarse al pasamanos, observaron que había una posible continuación algo estrecha que por falta de tiempo dejaron para una ocasión mejor. Al salir desinstalaron la cuerda del pasamanos y dejaron para posteriores incursiones una cuerda desde la ventana a la base del pozo de 40 m. que salvaba la trepada.

Ese mismo año baja un equipo formado por Josechu, Dirk, Adolfo y Miguel Ángel. En esta ocasión topografían la sima hasta el pozo de 11 m. y exploran la estrechez que había quedado pendiente, resulta ser un pequeño meandro que se termina muy pronto. Tras esta nueva decepción, el equipo decide regresar y desinstalar la sima, pero la curiosidad, compañera de todo explorador con instinto, hizo que uno de los componentes se decidiese a ver que había en una ventana colgada a 5 metros, para lo que trepó hasta alcanzarla, encontrando un meandro por el que se podía pasar y progresar fácilmente. Este es su relato personal:

"Tras una trepada relativamente fácil y asegurado con la cuerda del pozo que hemos descendido, llego a un meandro por el que podía caminar con comodidad. Me decido a continuar unos metros para ver si merecía la pena explorarlo. Según avanzo oigo cada vez más fuerte un sonido parecido al que produce el agua al circular por el lecho de un río. Entusiasmado, en lugar de comprobar que el ruido que escucho realmente esta producido por una corriente de agua, regreso a donde estaban los demás esperándome y le digo..."he escuchado una cascada de un rió con abundante agua". Nos embarga la impaciencia del descubrimiento y subimos todos en tropel al meandro y comenzamos a topografiarlo y al llegar al final ... el cachondeo, lo que me pareció un gran río con una cascada y un caudal abundante, resulto ser un maldito agujero soplador que producía el sonido que yo escuche al circular por él de forma intermitente, una fuerte corriente de aire forzada por su estrechez. Desilusionados ante la imposibilidad de franquear el obstáculo, nos pareció que seria imposible abrir aquel agujero y nos fuimos de aquel lugar con el "rabo entre las piernas"".

La desilusión fue tan grande que influyo en la decisión que tomo el quipo de desinstalar la cuerda de la escalada, clave para continuar en un futuro explorando esta sima sin mayor esfuerzo.

(En 2006)

Conseguida en julio de 2006 la conexión de Bernallan con los Moros, retomamos la exploración de la Ca-32 con la misma ilusión del primer día, poder llegar desde el exterior a la cabecera del rió del "Año del Perro" en Bernallan.

Han pasado cinco años desde la última incursión a esta torca, pero la esperanza y la voluntad de ver lo que hay más allá del agujero soplador, unido a la mejora de los utensilios de desobstrucción que poseemos hoy, nos mueve a intentarlo otra vez.

La primera visita la hace el equipo formado por Antonio y Adolfo con el propósito de franquear el pequeño agujero por el que sopla el viento, pero se encuentran que la instalación del pasamanos, a pesar de tener sus spits, es de lo más precario y comprometido. En esta ocasión no se asumen los riesgos de la vez anteriores y se emplea todo el día en realizar una nueva instalación más segura para alcanzar la ventana donde se encuentra la cabecera del pozo 11 m.

Al día siguiente los mismos exploradores consiguen llegar al agujero soplador y comienzan las labores de desobstrucción. Ese día consiguen agrandar el agujero lo suficiente como para ver que al otro lado continuaba el meandro. La fuerza, la temperatura y el caudal de aire que pasaba ese día por el agujero era tan grande que ambos espeleólogos tuvieron que trabajar ateridos de frió. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos no consiguieron franquear el estrechamiento.

(Enero 2007)

Unos meses después, concretamente el 20 de enero del 2007, un equipo más numeroso formado por Antonio, Adolfo, Lolo, Lobato y Miguel Ángel, retoman las labores de desobstrucción. A los artilugios para poder abrir el agujero se añaden un martillo pesado y un "cortafrío".
Una vez superadas las dificultades de las cuerdas que quedaron instaladas de la vez anterior, encuentran en esta ocasión, que el agujero soplador exhalaba solo una ligera brisa, lo que les permitió trabajar sin padecer el frío sufrido la última vez.




Después de varias horas de arduo trabajo consiguieron abrir el agujero lo suficiente para que se deslizara un hombre por él, desde ese instante esta estrechez en el meandro se llama "Paso del Cortafrío".








Los cinco pasaron al otro lado, y avanzaron sin dificultad pues el meandro mantenía sus dimensiones durante 30 metros, a partir de los cuales empezó a desfondarse hasta convertirse en un pozo de... por el momento la cuerda de 50 m que disponían no llegó al fondo, y además, este tampoco se vislumbraba, por lo que entre unas cosas y otras, calculamos que tendría una profundidad comprendida ente unos 80 a 200 metros, cifras estas para no pillarnos los dedos...

Vídeo de la Exploración:
http://es.youtube.com/watch?v=37OF0D_sAPo