Tras la multitudinaria cena del sábado y después de unas copillas, el domingo amaneció gris y con lluvias. El toque de diana fue bastante temprano (sobre todo porque la supuesta copa se alargó a más de una) y a las 9 y poco aparecía Álex con Josan (amigo y guia de la zona), para que junto con Lolo y conmigo nos dirigiésemos, no sin antes pegarnos un contundente desayuno, a realizar el barranco. Esta vez, Anne se quedó haciendo turismo porque tenía dolorida su mano.
El descenso de este barranco está regulado por el decreto 56/2003 de 4 de febrero, pero a diferencia de otros barrancos de la zona, no existe limitación en cuanto al número de personas a realizarlo. Aun así, para poder practicar el descenso, es obligatorio solicitar autorización que son expedidas en el Ayuntamiento de Horta de Sant Joan o en el Ecomuseo dels Ports (estar atentos porque en función de las fechas o el día de la semana, las autorizaciones se dan o en el ayuntamiento o en el museo).
Tras desayunar y recoger nuestra pertinente autorización, nos pusimos manos a la obra. Bastantes coches y no muy mal señalizado el acceso al barranco a través de carteles.
El barranco comienza en la base del Salto del Ventador, rápel de unos 25m que en la actualidad está prohibido realizarlo (lástima de dicha prohibición porque llevaba un bonito caudal para haberlo realizado). Dos opciones para entrar en contacto con el agua, un destrepe o un pequeño salto de unos tres metros. A partir de aquí, se empieza a andar por el curso del río atravesando diferentes bloques.
Entre bloque y bloque se encuentra el primer sifón (totalmente evitable y que no causa ningún tipo de problema). Una vez pasado dicho sifón se llega a una zona de juncos que son el paso previo a una de las zonas más bonitas del barranco.
Nada más pasar los juncos, aparece un pequeño tobogán y seguido a éste un salto de unos 4-5m que da acceso a una zona de oscuros en la cual se puede realizar (si se quiere) otro sifón.
Después de esta zona, la marcha continua con algún pequeño destrepe hasta llegar al tercer sifón (evitable, el cual se encontraba impracticable en esta ocasión debido al caudal que nos encontramos). Pasado el sifón, otro saltito más, de unos 5 m.
Cincuenta o sesenta metros más adelante de este último salto, ya solo nos queda la última dificultad del barranco. Rápel de 6 m (izq) el cual se puede saltar o destrepar por un pequeño agujero que te deja en la base de la cascada.
Ya solo nos queda unos 100 m de badinas y estamos fuera del barranco, que abandonamos por la parte derecha a través de un subida bastante pronunciada. Curiosa la profundidad de las últimas badinas. Nos pusimos las gafas y buceamos sin conseguir tocar suelo, pero como mínimo le calculamos 6 o 7 metros de profundiad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario