Travesía vallina nospotentra

domingo, 6 de julio de 2008

BARRANCO DE ALTHAGNETA-KAKOUETA (05.07.08)

En esta ocasión se tomó mi casa como punto de referencia, con lo cual yo lo tenía fácil. Desde Leganés, se acercaban Álex y Anne, que fueron los primeros. Acoplamos las cosas en el coche de Álex, y tras la llegada de Chevy, ya solo nos quedaba aparcar el coche de éste, para ya los cuatro juntos, encaminarnos a nuestro primer destino donde pasaríamos la noche: Canfranc-Estación.

Después de unas cuantas horitas de coche, llegamos a Canfranc rondando la medianoche. Unos refrescos y un poco de charla y tras ello, a soñar con los angelitos en el albergue de Pepito Grillo.

El despertar fue duro, ya que nos levantamos pronto debido a que aun nos quedaba un largo trecho hasta acceder al barranco. Desayuno contundente a base de café, tostadas, zumos, cereales y magdalenas y tras ello, otra vez al coche para dar comienzo a la jornada del sábado.


DATOS GENERALES:

Región: Aquitania.
Departamento: Pirinéos Atlánticos.
Distrito: Oloron-Sainte-Marie.
Cantón: Tardets-Sorholus.
Longitud: 3 km.
Desnivel: 500m.
Aproximación: 5 minutos.
Descenso: 4 horas aprox., grupo de 4 personas (Chevy, Álex, Anne y Jorge)
Retorno: de 30 a 45 m.
Rápel más largo: 35 m.
Combianación de coche: no obligatoría, pero si aconsejable (con ello te ahorras 1 hora aprox. de pateo).
Material utilizado: 1 x 70; 1 x60 y 1x30.


ACCESO:

Desde Canfranc, pasamos a Francia a través del túnel del Somport, Entramos en Francia en la N134. Continuamos por ella hasta llegar al pueblo de Bedous. Tras este pueblo, cogemos la (infernal) carretera D442, muy estrecha, en la cual solo entra un coche, hasta llegar al Col de Bouezou en donde enganchamos con la D441 (igual de infernal que su sucesora) para tirar rumbo a la Piedra de San Martín. Tras una curva y otra y otra, y más curvas, llegamos al Col de Labays. En este punto, nos incorporamos a D132, y tras poner rumbo a la Piedra de San Martín-España, llegaremos al Col de Soudet (1.540m). En el cruce, giraremos a la derecha por la D113 para descender hacia Santa Engracia. Con dos coches, dejar el primero en el parking las Gorgas de Kakoueta. A partir de aquí, hay que coger el mismo camino que tenemos descrito para acceder al Barranco de Ourdyabi. Tras pasar las cancillas naranja y verde, continuamos dejando atrás el parking de Ourdyabi y en una curva a derechas, parte un camino a la izquierda (GR-10), donde finalmente dejaremos el coche.Caminamos 5 minutillos y llegamos al inicio.

DESCENSO:

Comenzamos el descenso en un ambiente increíblemente salvaje, lleno de vegetación por todos los lados. Hacemos los primeros rápeles y destrepes hasta llegar al tercer rápel, donde las paredes se empiezan a juntar y el cauce del río se hunde (un preludio de lo que más adelante nos esperaría). Continuamos curso abajo, hasta el siguiente rápel, el cual se encuentra en un caos de troncos. Instalamos sobre uno de ellos, destrepamos el siguiente rápel (también entre un tumulto de troncos) y accedemos a la parte más engorgada del barranco. Fantásticos pasillos estrechos, en los que la luz se pierde y te inunda en este caso la oscuridad, siempre acompañado de ese toque verde selvático que caracteriza al cañón. Varios rápeles más hasta que se llega a la alucinante salida de la gorga. Un trío de rápeles consecutivos. El primero, de unos 15m, que te deja en una increíble poza suspendida. Le sucede otro rápel de 35m, parte de él en bolado, que nos dejará en la base del tercero de este trío mágico, rápel de unos 30m que te mete en una marmita trampa. A partir de aquí, unos cuantos rápeles más, hasta confluir con el Kakoueta. Desde este punto, escurridizo camino (tanto o más de lo que nos hemos encontrado por todo el barranco) entre bloques de piedra hasta llegar a las pasarelas, la mejor opción para retornar al coche.

RETORNO:

Poco antes de llegar a la primera pasarela que cruza el río (junto a la base de una cascada que sale de una cueva), aparece en la parte izquierda, un pequeño camino, por el cual ya se puede avanzar cómodamente unos 100 metros hasta cruzar el puente. A partir de aquí, retornamos por las pasarelas, disfrutando del increíble paisaje.
Aprovecho la ocasión para agradecerle la pateada que se dio Álex a por el coche, ya que solo teníamos uno, y fue él, el que se encargó de subir por el GR, para bajarle.


FOTOS




































































































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