Fue tanta la impaciencia y la excitación por ver que nos depararía el pozo cuando lo bajásemos, que el fin de semana siguiente, 27 y 28 de enero, a pesar de las nevadas intensas que habían caído en Cantabria, Lolo y Juancho decidieron volver a la sima.
Asi se veia San Roque desde la ermita, espectacular escena.
Veamos su relato personal de lo que les aconteció.
El fin de semana, bien, satisfactorio... serian las palabras que lo definirían.
Durante toda la semana no pude pensar más que en lo que habíamos dejado pendiente en la CA32 el “finde” anterior. Tanto que mi colega Juancho y yo, decidimos aventurarnos en esa Cantabria nevada hasta los bordes y a la que ya le tenia ganas, a pesar de que en Madrid se quedaron preocupados los colegas del club, pues decían que dos personas era un equipo un poco escaso, y más teniendo que afrontar las condiciones de nieve existentes en la aproximación a la sima.
Y desde el comienzo, resultó ser toda una aventura.
El puerto de la Lunada cortado. Dicen los paisanos de la zona que la máquina no pasa por miedo a desprenderse junto con la carretera, debido a su estrechez y desnivel. A si que decidimos pasar por Vega de Pas, por el puerto del Caracol, donde la máquina si había actuado.
La última marca de temperatura registrada en ese puerto, fue de -3,5º y eran tan solo las 24h. Dormimos en la ermita de San Roque y tuvimos que echar mano de la funda de vivac; la furgo quedó completamente helada.
Amaneció a eso de las 08h, preparamos los bártulos, desayunamos, esperamos a ver si ese sol calentaba un poco. Cerca de las 10h echamos a andar.
Bueno que os voy a contar que no sepáis sobre el peso de las sacas. Calculo unos 20 a 25 kilos por saca, pues casi llevábamos la casa a cuestas:
- 270m de cuerda
- taladro
- equipo de burilar
- 15 mosquetones
- equipos personales espeleo
- abastecimiento de comida y agua
- equipo personal de montaña para afrontar el clima
- muda repuesto
Los primeros metros de ascensión hacia la sima tenían poca nieve, pero eso duró poco, pues a medida que subíamos, las dificultades aumentaban con cada metro que dejábamos atrás y los pasos se fueron haciendo cada vez mas cortos. A partir de la mitad de la primera pradera nos encontramos con la nieve helada y con que costaba abrir huella.
Llegamos al primer pequeño lapiaz, la senda inexistente... paso que damos, pie al hoyo... "fordumen"... llegamos a la primera casa, ya reventados... el primer collado la nieve nos tapa las polainas...casi imposible avanzar... estoy por tirar a tomar por c...la p...saca.
Pasamos las siguientes casas... segundo collado... la nieve en algunos tramos por la rodilla...solo veíamos las huellas de algunos animalillos...todo parecia haberse transformado, ¡que distinto!.
Le digo a Juancho que tenga cuidado con los agujeros. Un paso, otro... ¡a este ritmo no llegamos!. No recuerdo que la CA32 estuviese tan lejos.
Por fin llegamos a su altura. Pero...¿donde esta aquella pequeña loma por la que subiamos hacia ella?. Era tal el nivel de nieve que no sabía exactamente donde estaba; nos costó encontrarla.
Por fin! vi la Ca33 y me dije "tiene que estar cerca la Ca32..." Mas de 3h nos llevó llegar a su entrada. Ahora toca cambiarse, ¡que frio!, La entrada gotea "que te cagas". "Bueno, que se le va a hacer... para abajo", dice Juancho.
Bajamos el primer pozo ya calados. En la colada de subida, mas agua... El pequeño pozo de bajada, mas todavía y estaba llenísimo... En los meandros corría el agua con fuerza... Sabéis el pedazo de pozo que hay después de los meandros, yo lo vi en parte pues todo era una inmensa chorrera de agua que no me dejaba ver apenas su contorno.
Baje por él y aproveché la cuerda de 50m que habíamos dejado hasta el final, fraccioné y la uní con una de 100 m que llevaba como pude, pues entre el agua que me caía y las paredes embarradas ya no podía con mi alma. ¡Mierda, no baje la uña!
Descendí por la nueva cuerda 20m aproximadamente e hice otro fraccionamiento, pues si no, la tirada iba en volado hacia aquel fondo insondable, que apenas veía. Baje otros 20m, miré hacia abajo y creí ver el suelo; después de un rato pude discernir allá abajo una especie de repisa grande llena de piedras gordas, con otro enorme agujero negro en el centro.
Quizá haya una galería intermedia, no lo sé. Era tal el goteo que fui incapaz de distinguirlo, hasta me picaba al chocar en mi lomo. Quise volver a fraccionar y seguir bajando, pero mi cabeza reflexionó y dió orden de retirada... otra vez tocaremos fondo... lo siento... esto es todo por ahora.
Dejamos la cuerda 9mm y de 100m instalada hasta donde llegué, con un fraccionamiento, y la cuerda del pozo de entrada, dejando caer hacia su interior el primer fraccionamiento de la cabecera, para poder acceder la próxima vez simplemente con una cuerda de 10m.
Es evidente que para posibles expediciones futuras, si la cosa continúa, sería necesario reinstalar con cuerda de 10mm, pero yo primero miraría hasta donde llega este pozo y que hay en la repisa.
Fue tanta la impaciencia y la excitación por ver que nos depararía el pozo cuando lo bajásemos, que el fin de semana siguiente, 27 y 28 de enero, a pesar de las nevadas intensas que habían caído en Cantabria, Lolo y Juancho decidieron volver a la sima.
Veamos su relato personal de lo que les aconteció.
El fin de semana, bien, satisfactorio... serian las palabras que lo definirían.
Durante toda la semana no pude pensar más que en lo que habíamos dejado pendiente en la CA32 el “finde” anterior. Tanto que mi colega Juancho y yo, decidimos aventurarnos en esa Cantabria nevada hasta los bordes y a la que ya le tenia ganas, a pesar de que en Madrid se quedaron preocupados los colegas del club, pues decían que dos personas era un equipo un poco escaso, y más teniendo que afrontar las condiciones de nieve existentes en la aproximación a la sima.
Y desde el comienzo, resultó ser toda una aventura.
El puerto de la Lunada cortado. Dicen los paisanos de la zona que la máquina no pasa por miedo a desprenderse junto con la carretera, debido a su estrechez y desnivel. A si que decidimos pasar por Vega de Pas, por el puerto del Caracol, donde la máquina si había actuado.
La última marca de temperatura registrada en ese puerto, fue de -3,5º y eran tan solo las 24h. Dormimos en la ermita de San Roque y tuvimos que echar mano de la funda de vivac; la furgo quedó completamente helada.
Amanció a eso de las 08h, preparamos los bártulos, desayunamos, esperamos a ver si ese sol calentaba un poco. Cerca de las 10h echamos a andar.
Bueno que os voy a contar que no sepáis sobre el peso de las sacas. Calculo unos 20 a 25 kilos por saca, pues casi llevábamos la casa a cuestas:
- 270m de cuerda
- taladro
- equipo de burilar
- 15 mosquetones
- equipos personales espeleo
- abastecimiento de comida y agua
- equipo personal de montaña para afrontar el clima
- muda repuesto
Los primeros metros de ascensión hacia la sima tenían poca nieve, pero eso duró poco, pues a medida que subíamos, las dificultades aumentaban con cada metro que dejábamos atrás y los pasos se fueron haciendo cada vez mas cortos. A partir de la mitad de la primera pradera nos encontramos con la nieve helada y con que costaba abrir huella.
Llegamos al primer pequeño lapiaz, la senda inexistente... paso que damos, pie al hoyo... "fordumen"... llegamos a la primera casa, ya reventados... el primer collado la nieve nos tapa las polainas...casi imposible avanzar... estoy por tirar a tomar por c...la p...saca.
Pasamos las siguientes casas... segundo collado... la nieve en algunos tramos por la rodilla...solo veíamos las huellas de algunos animalillos...todo parecia haberse transformado, ¡que distinto!.
Le digo a Juancho que tenga cuidado con los agujeros. Un paso, otro... ¡a este ritmo no llegamos!. No recuerdo que la CA32 estuviese tan lejos.
Por fin llegamos a su altura. Pero...¿donde esta aquella pequeña loma por la que subiamos hacia ella?. Era tal el nivel de nieve que no sabía exactamente donde estaba; nos costó encontrarla.
Por fin! vi la Ca33 y me dije "tiene que estar cerca la Ca32..." Mas de 3h nos llevó llegar a su entrada. Ahora toca cambiarse, ¡que frio!, La entrada gotea "que te cagas". "Bueno, que se le va a hacer... para abajo", dice Juancho.
Bajamos el primer pozo ya calados. En la colada de subida, mas agua... El pequeño pozo de bajada, mas todavía y estaba llenísimo... En los meandros corría el agua con fuerza... Sabéis el pedazo de pozo que hay después de los meandros, yo lo vi en parte pues todo era una inmensa chorrera de agua que no me dejaba ver apenas su contorno.
Baje por él y aproveché la cuerda de 50m que habíamos dejado hasta el final, fraccioné y la uní con una de 100 m que llevaba como pude, pues entre el agua que me caía y las paredes embarradas ya no podía con mi alma. ¡Mierda, no baje la uña!
Descendí por la nueva cuerda 20m aproximadamente e hice otro fraccionamiento, pues si no, la tirada iba en volado hacia aquel fondo insondable, que apenas veía. Baje otros 20m, miré hacia abajo y creí ver el suelo; después de un rato pude discernir allá abajo una especie de repisa grandellena de piedras gordas, con otro enorme agujero negro en el centro.
Quizá haya una galería intermedia, no lo sé. Era tal el goteo que fui incapaz de distinguirlo, hasta me picaba al chocar en mi lomo. Quise volver a fraccionar y seguir bajando, pero mi cabeza reflexionó y dió orden de retirada... otra vez tocaremos fondo... lo siento... esto es todo por ahora.
Dejamos la cuerda 9mm y de 100m instalada hasta donde llegué, con un fraccionamiento, y la cuerda del pozo de entrada, dejando caer hacia su interior el primer fraccionamiento de la cabecera, para poder acceder la próxima vez simplemente con una cuerda de 10m.
Es evidente que para posibles expediciones futuras, si la cosa continúa, sería necesario reinstalar con cuerda de 10mm, pero yo primero miraría hasta donde llega este pozo y que hay en la repisa.
La vuelta hacia la civilización nos perdonó, pues salimos de la sima sobre las 20h, y el cielo estaba nublado, por lo que la temperatura era mas agradable. Seguimos nuestras huellas, ahora la nieve estaba mas blandita. Un retorno nocturno muy bello, a la luz de nuestros frontales sobre la nieve blanca.
Conclusiones:
- Nuevas esperanzas.
- Mas ganas.
- No creo que para el 24 de febrero haya dejado de chorrear.
La vuelta hacia la civilización nos perdonó, pues salimos de la sima sobre las 20h, y el cielo estaba nublado, por lo que la temperatura era mas agradable. Seguimos nuestras huellas, ahora la nieve estaba mas blandita. Un retorno nocturno muy bello, a la luz de nuestros frontales sobre la nieve blanca.
Conclusiones:
- Nuevas esperanzas.
- Mas ganas.
- No creo que para el 24 de febrero haya dejado de chorrear.