Travesía vallina nospotentra

domingo, 30 de junio de 2002

Bernallan - Las Pasadas

(17 al 28 de julio 2002)

Desde el comienzo de la exploración en la torca de Bernallan, nos sedujo la idea de poder localizar su conexión con la sima de las Pasadas, habida cuenta de su proximidad geográfica y de una profundidad muy similar en ambas cavidades. Sin embargo, no fue hasta la campaña de exploración del verano de 2002, cuando esa idea empezó a tomar cuerpo...




En aquel verano, del 17 al 28 de julio nos juntamos en San Roque de Riomiera, en el Camping Lunada , nuestro campamento base de siempre, Antonio, Pili, Miguel Angel, Julio, Cristina, Nacho, Maribel, Javi, Elia, Cata, Rum, Juanma, Dirk, Li y Fredy.



El disponer de muchos días y el ser un grupo muy numeroso, nos permitió organizar diferentes equipos, lo que amplió las posibilidades de exploración durante aquella campaña.

Después de dos incursiones al Canto Encaramado de tres días de duración cada una de ellas, en las que hicimos un amplio reportaje fotográfico, trabajos de mejora en la instalación y exploramos algunas incógnitas pendientes en "La Vía de la Escaladora" y en la zona de "La Perla de Bernallán", entramos en Bernallan aprovechando los últimos días de la campaña veraniega.



Tras descender los 456 metros que separan la superficie de la base de los pozos, comenzamos a explorar en la zona de Cañibano siguiendo una fuerte corriente de aire en dirección sur, bajando varios pozos allí existentes hasta que nos quedamos sin cuerda, lo que nos obligó a dejar para el día siguiente la bajada del pozo al que habíamos llegado. Como nos sobraba tiempo hasta la hora de cenar y dormir, decidimos ir a la Galería Blaf en busca de la habitual y esquiva corriente de aire que circula con cierta frecuencia por allí. Tras varias horas siguiendo su rastro y mirando por diferentes galerías secundarias, se nos escapó de entre las manos una vez más, sin poder determinar por donde se cuela. La única posibilidad que queda sin mirar son las diferentes grietas situadas en el techo o muy cerca de él. Sin embargo, al explorar una de las incógnitas de esa galería progresamos un centenar de metros, hasta alcanzar por otro sitio el riachuelo de la fractura que lleva al sifón, dejando pendiente para otra ocasión bajar un nuevo pozo que encontramos allí.




Al día siguiente, después de dormir en el Relax, reequipados con el material que teniamos almacenado allí, nos dirigimos al pozo del día anterior cerca de Cañibano. Al llegar a su boca lo instalamos, y ya en su base, notamos la corriente de aire más fuerte que el día anterior. En su persecución hicimos un paso de hombros y una escalada de 6 m., llegando a un gran caos de bloques que nos impidió continuar. Sólo pudimos ver, para nuestra desesperación, el pequeño agujero por donde se iba todo el aire y en el que solo cabía un brazo, pero vislumbramos al otro lado un espacio más amplio.

La desobstrucción de este caos de bloques se presentaba bastante complicada y peligrosa, pero las posibilidades de conseguir la conexión con la Sima de las Pasadas eran muy grandes. Lograrlo requerirá un esfuerzo importante en futuras incursiones hasta conseguir abrir esa estrechez que nos corta el paso.

Antes de bajar de la escalada, uno de los miembros del equipo dejo una cuerda y una nota en un papel al otro lado del agujero en el caos de bloques, por si se pudiesen localizar viniendo desde las Pasadas, lo que nos confirmaría que ahí estaba la conexión.



Como aún quedaba algo de tiempo, descendimos otro pozo cercano al anterior por el que llegamos a la cota de la máxima profundidad de esta vía, -557 m., dieciocho metros menos de la reflejada en las topografías anteriores, encontrando en su base un paquete de cigarrillos de la marca Marlboro que probablemente perdería algún explorador del Espeleo Club de Gracia durante sus exploraciones en 1982, o de la Sociedad Espeleológica Lenar, del G. E. Lastrilla y del CADE, durante las que ellos hicieron en 1986.

La siguiente visita a Bernallán la hizo un equipo formado por Antonio, Javi, José Manuel, Alejandro, durante el fin de semana del 14 y 15 de septiembre de 2002.

Los cuatro se dirigieron al caos de bloques bajando directamente por la vía de Cañibano con el propósito de iniciar la desobstrucción del pequeño agujero por donde se perdía todo el aire. Después de muchas horas de picar, apalancar y desescombrar apenas lograron avanzar, pues las herramientas empleadas resultaron ser menos eficaces de lo esperado, por lo que no consiguieron forzar el paso y cruzar al otro lado.



Desanimados y muy cansados por las 12 horas de trabajo empleadas en esa jornada, el regreso al exterior fue muy penoso, invirtiendo 9 horas en lo que habitualmente solo lleva tres o cuatro.

El fin de semana del 19 y 20 de octubre, Antonio, Javi y Cata vuelven a Bernallan con la intención de franquear definitivamente el paso que promete la conexión con las Pasadas.

En esta ocasión las herramientas empleadas funcionan casi a la perfección, pero mas lentamente de lo que se tenía previsto, por lo que tras otro montón de horas haciendo de topo, tampoco consiguieron franquear el paso dejándolo, eso si, "a punto de caramelo" para la siguiente intentona.

El intento de conexión se planeó para el puente de Noviembre, del 25 de octubre al 3 de noviembre, fechas en las que nos reunimos en el Camping Lunada, Antonio, Arancha, Dirk, Elia, Fernado, Javi, Julio, Josechu, Juanma, Li, Nacho, Menchu, Paco y Pedro

El día 26 muy temprano hicimos el recuento de material necesario para instalar la Sima de las Pasadas mientras descendíamos por ella, y lo distribuimos en las sacas que cada uno de los miembros del equipo formado por Arancha, Elia, Fernando, Julio, Josechu, Juanma, Nacho y Paco, iría bajando.

Antonio, Dirk y Javi, llevando como material de comunicación pitos e incienso, entraron por Bernallán con la idea de completar la desobstrucción antes de las 9 de la noche, pues fue la hora que fijamos para iniciar las operaciones de localización entre ambos equipos, empleando señales acústicas y olfativas.

El grupo de las Pasadas, que comenzó el descenso a las 12 del mediodía, se encuentra con el inconveniente de la escasez de cuerda para llegar al fondo, y no le queda otro remedio que asumir riesgos, progresando por los meandros desfondados que enlazan los pozos sin instalar pasamanos y con muchos metros de caída bajo los pies. Gracias a esto alcanzan la base de los pozos muy cerca de las 9 de la noche. ¡La cuerda que les sobra no llega a los 10 metros en 550 metros de instalación!. Una vez reunidos todos los componentes de grupo, fueron hacia el caos de bloques de la zona norte y esperaron ver, escuchar u oler al otro equipo durante el tiempo previamente acordado.




Por su parte, tras nueve horas de trabajo, el grupo de Bernallán consigue abrir el paso, viendo ante ellos la continuación en el caos de bloques y sintiendo una fuerte corriente de aire. Uno de sus componentes pasa al otro lado, pero una vez allí se da cuenta de lo delicado que ha quedado el paso pues hay un bloque inestable que amenaza caer y en su caída taponaría de nuevo el hueco recién abierto, así que vuelve rápidamente sobre sus pasos para evitar males mayores.

Con la desilusión de no haber conseguido unir ambas simas, pero con la esperanza de volver con algún sistema que permita sujetar con seguridad ese bloque, inician la salida al exterior, llegando a los coches a la 6 de la mañana.



Tras esperar mas tiempo del acordado y no teniendo noticias del grupo de Bernallan, el equipo de Las Pasadas comienza su salida al exterior desinstalando a medida que sube. Llegan a los coches pasada la una del mediodía y alguno del grupo comenta, "Ya sé por qué le llaman Las Pasadas, son una pasada... pero volveremos".

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